Aportes

Sala de embarque

Por Paola Vicente


 
Personajes (en orden de aparición):
MICAELA: esposa de GABRIEL, 30 años.
GABRIEL: 35 años.
AZAFATA: empleada de una línea aérea, 25 años, muy sonriente.
LUGAR: Una sala de embarque en el aeropuerto.
TIEMPO: Actual.

 

ACTO ÚNICO
Escena única

Se encienden las luces, es de mañana. La sala de embarque de un aeropuerto. De fondo, se escucha un avión despegando y otros sonidos propios de un aeropuerto.

Vemos los asientos en fila y un counter vacíos de una línea aérea, excepto por una pareja que está sentada en las sillas, separados por dos asientos, no se miran, acaban de pelear.

Ambos personajes, MICAELA y GABRIEL, están vestidos con ropa de media estación. Tienen maleta de mano, cerca a ella hay ropa y otros efectos personales regados por el piso.

MICAELA se para y empieza a recoger las cosas que están en el suelo y las pone en su maleta de mano. Encuentra que el frasco de una de sus cremas está roto.

MICAELA
(para sí misma)
¡Nada más me faltaba esto!

GABRIEL
(sin mirarla)
¡Es increíble que te hayan dejado pasar todo eso por Migraciones!

MICAELA sigue guardando sus cosas ignorando a GABRIEL.

GABRIEL
(toma su maleta de mano y se pone de pie)
¡Voy al counter!

MICAELA
(sigue recogiendo sus cosas)
¿Ya para qué?

GABRIEL
Voy a comprar otros tickets.

MICAELA
¿Qué?

GABRIEL
Que voy a comprar otros tickets, ¿no escuchaste?

MICAELA deja de guardar sus cosas.

MICAELA
Sí, te escuche. Pero no entiendo para qué.

GABRIEL
¡Para hacer nuestro puto viaje de aniversario!

MICAELA
¿¡Viaje de aniversario!? ¡Después del escándalo que acabas de hacer!

MICAELA vuelve a recoger sus cosas.

GABRIEL
¿Escándalo, yo? El escándalo lo hiciste tú al gritonearme delante de toda esa gente.

MICAELA
¡Te pusiste a sacar las cosas de mi maleta de mano como si fuera un mercado! ¡Casi te mato!

GABRIEL
¡Yo casi te mato! ¡Y la pobre azafata!

MICAELA
Si la vuelves a defender, te juro que −

GABRIEL
Es que no podías quedarte callada, encima que llegas tarde, ¡tenías que reclamar!

MICAELA
¡Qué importa si llegué tarde! El punto es lo ridículo que se me hace que quieran reducir el peso de mi maleta de mano, ¡cuando no estoy llevando ninguna otra maleta!

Mientras GABRIEL enumera la lista de cosas de MICAELA, ella termina de recoger sus cosas.

GABRIEL
Es que sólo a ti se te ocurre traer como ochenta vestidos, shorts, blusas de manga larga y manga corta, sin manga, polos, miles de cremas, zapatos para cada día, bikinis para la piscina y otros para la playa, lentes de sol de diferentes colores −

MICAELA
¡La culpa es tuya por pedirme que sólo traiga una maleta de mano! ¿a quién se le ocurre pedirle eso a una mujer?

GABRIEL
Sí pues, ahí me pasé de huevón. Si así estamos por una maleta de mano, ¿qué hubiera pasado si traías una maleta normal?

MICAELA
Oye, encima que hago mi esfuerzo por seguir tus “instrucciones”…

GABRIEL
¿Esfuerzo? Los pasajes, las reservas, el chequeo on-line, hasta el taxi que te recogió de la casa los coordiné yo. ¡Un poco más y te armo la maleta!

MICAELA
(para sí misma)
¿Tú o tu secretaria?

GABRIEL no ha escuchado el comentario.

GABRIEL (cont.)
Es que lo sabía, tenías que esperar hasta el último minuto para alistarte…

MICAELA
Te dije que esta semana era atroz para irnos de viaje…

GABRIEL
¡Me lo dijiste la semana pasada! ¡Yo te avisé de este viaje hace más de cinco meses!

MICAELA
Así es mi trabajo, pues. Las cosas salen de un día para otro… y este proyecto es MUY importante para mí.

GABRIEL
Claro, eso explica la laptop, el ipad, los Blackberries… ¡Nos estamos yendo de va-ca-cio-nes!

MICAELA
No puedo darme el lujo de desconectarme tan fácilmente. No tengo tu chamba maravillosa, la burbuja perfecta en la que me siento todos los días a hacer planos mirando el mar, con una secretaria al lado para que me haga todos los mandados…

GABRIEL
¡Otra vez con eso!

MICAELA
Tú empezaste criticando mi trabajo.

GABRIEL
No, sólo digo que esperaste hasta el último minuto para organizar tus cosas. Yo también tuve que dejar cosas en el trabajo por este viaje. El proyecto de playa, por ejemplo, quedó en manos de Miguel −

MICAELA
¿Ves? ¡A los dos nos convenía pasar este viaje para la próxima semana!

GABRIEL
¿Sabes todo lo que hice por conseguir el mismo hotel al que fuimos en la luna de miel? ¡Tengo todo reservado!

MICAELA
Perdóname, pero eso es un detalle.

GABRIEL
Además, nosotros nos casamos hoy hace tres años, no la semana que viene.

MICAELA
¡Los que me quieren contratar pueden contratar a otro la semana que viene! En cambio nosotros seguiremos aquí. Entiende, este proyecto es el más importante de mi carrera. ¡Una oportunidad como ésta se presenta una sola vez en la vida!

Suena el celular de MICAELA. GABRIEL respira hondo para controlarse, mientras tanto se sienta, saca de un bolsillo de su maleta dos pasaportes, dentro de cada uno están los tickets de avión. Los pone en la silla de su lado y se queda mirándolos. Va al counter, MICAELA no lo ha visto.

MICAELA
(Contestando el celular)
¡Aló! / Francisco, hola… / ¿Te puedo llamar en un rato?… / ¿Qué? / Pero… / ¿Cómo que lo han observado? ¡ya hemos empezado a gastar en trámites!… / ¿¡Cómo!? / ¿Quién se ofreció por la mitad?/ ¡Están locos!… ¡ya estamos avanzando con el estudio!

En el counter, y como no hay nadie, GABRIEL coge el teléfono para comunicarse con la línea aérea. MICAELA, quien ha estado de espaldas, no se ha dado cuenta. Ambos sostienen conversaciones por su cuenta.

GABRIEL
(hablando por teléfono)
Aló, señorita / Soy Gabriel Andrade, tuve un problema hace un momento… / Sí, soy el que perdió el vuelo. / Sí, mi esposa estuvo un poquito alterada, pero ya se le pasó…

MICAELA
(hablando por teléfono, alterada)
¿Y dónde está ahora? / ¡Hazle la guardia, que no se vaya sin antes hablar conmigo!

GABRIEL
(hablando por teléfono)
Entiendo. / Ella está muy arrepentida, ¡se lo juro!

MICAELA
(hablando por teléfono)
¡Ya no viajo! / Los de la línea aérea se pasaron de estúpidos. / Sí, a la idiota de la azafata le pareció que mi maleta de mano ¡era muy grande…!

GABRIEL
(hablando por teléfono)
¿Y no habrá espacio en el vuelo que sigue?/ Verá, es mi viaje de aniversario, he planeado esto por tanto tiempo. / Es preciso que viajemos hoy, ¡nos espera un crucero!

MICAELA
(hablando por teléfono)
¡Es lo que le he dicho todo este tiempo, podemos viajar luego…! / ¿Sabes qué? Te alcanzo en cuarenta minutos. ¡Que no se vaya!

GABRIEL
(hablando por teléfono)
Mmmm, ¿y cuánto sería la penalidad?…

MICAELA cuelga. Voltea para hablar con GABRIEL, a quien ve en el counter.

MICAELA
Gabriel, me tengo que ir, ¡no sabes lo que ha pasado!

GABRIEL
(hablando por teléfono)
¿En serio?
(se alegra)
¡Se lo agradecería mucho!
(cuelga)

MICAELA
Gabriel, ¿qué haces?

GABRIEL
(serio)
Llamando para que nos den una solución.

MICAELA
¿Solución?

GABRIEL
¡No me voy a quedar con todo comprado! Hay un vuelo que sale en tres horas, están verificando si hay asientos. El crucero parte mañana, mientras lleguemos hoy, todo está bien.

MICAELA
Gabriel, ¿no me escuchaste? Tengo que irme ¡ahorita!

GABRIEL sólo la mira.

MICAELA (cont.)
Acabo de hablar con Francisco… Es que el gerente quiere parar lo que hemos avanzado porque ha recibido otra propuesta por la mitad. Ahora está en una reunión, que puede acabar ahora o en dos horas, no se sabe. Por eso tengo que irme ya, si no hablo hoy con él −

GABRIEL recién sale de su asombro.

GABRIEL
¿¡Qué!?

MICAELA
Si, si no voy, pierdo este proyecto. Ya te he dicho que significa mucho para mí, entrar a esa empresa va a ser mi mayor carta de presentación como consultora…

GABRIEL
¿No ves que estoy tratando de salvar este viaje?… ¡No te puedes ir ahora!

MICAELA
De verdad, si no voy, lo pierdo. ¡Vamos!

MICAELA empieza a irse. GABRIEL no se mueve.

GABRIEL
¡No puedo creerlo!

MICAELA
(suplicando)
¡Por favor, Gabriel! ¡No me hagas perder más tiempo!

MICAELA empieza a irse. GABRIEL no se mueve.

GABRIEL
No, Micaela.

MICAELA se detiene y lo observa, es la primera vez que lo ve tan decidido.

GABRIEL
Esta vez las cosas se harán a mi modo, Micaela. Todo tiene un límite y hoy, yo ya llegué al mío. Si te vas, esto se acaba.

MICAELA
(extrañada)
¿Qué?

GABRIEL
(decidido)
Ya lo dije, si te vas, nuestro matrimonio termina.

MICAELA
(con risa nerviosa)
Me estás vacilando, ¿no?

GABRIEL
(decicido)
No, esto es lo más serio que he dicho en mi vida.

MICAELA
Estás molesto.

GABRIEL
No, Micaela. Sabes que no me gustan esos jueguitos.

MICAELA
Sí, lo dices porque estás molesto… porque perdimos el viaje que tanto te costó organizar… No importa, te lo pago después. Si sale este proyecto, te invito tres veces a Miami, con el crucero incluido.

GABRIEL
(para sí mismo)
No te enteras de nada…

MICAELA
¿Es porque te hice quedar mal con la azafata? ¿te grité delante de ella? ¿de la gente? Está bien, lo reconozco, me exalté −

GABRIEL
Hasta eso te lo hubiese pasado, antes, ahora ya no puedo. Lo siento, pero lo nuestro ya no da más. Este viaje fue mi último intento.

MICAELA
(tratando de entender)
¿Último intento? ¿qué quieres decir?

Suena nuevamente el celular de MICAELA, ella lo deja sonar cuatro veces, pero contesta.

MICAELA
(al teléfono)
Francisco. / Te llamo en un ratito, ¿si? / ¿Se va en una hora? / Ok, ok… ¡ya voy!
(cuelga; a GABRIEL)
Gabriel, será mejor que tengamos esta conversación luego.

MICAELA empieza a irse.

GABRIEL
(decidido)
No, Micaela. ¡Hablaremos ahora aunque no te guste!

MICAELA
¡Basta Gabriel! ¿No ves que éste es el peor momento?

MICAELA intenta irse nuevamente, pero GABRIEL la coge del brazo.

GABRIEL
De acá no te vas hasta que hablemos.

MICAELA
¡Me tengo que ir, suéltame!

MICAELA se suelta. GABRIEL le quita la maleta de mano en donde ella tiene su laptop, iPad, etc.

GABRIEL
(decidido)
Lo siento Micaela, hablamos o hablamos. Después, haces lo que quieras.

MICAELA mira su reloj y acepta.

GABRIEL
Hoy es nuestro aniversario, pensé que aunque sea por hoy, las cosas iban a cambiar.

MICAELA
¿Cambiar? Otra vez con eso… Ya te he dicho que puedo manejar todas mis actividades perfectamente.

GABRIEL
¿Cómo puedes decirme eso? Si ya no tienes tiempo para nada… Ya ni siquiera ves a ninguna de tus amigas −

MICAELA
Mis intereses han cambiado.

GABRIEL
¿Y tu salud? ¡Mírate! Andas cansada, estresada. No es normal que pases las veinticuatro horas trabajando o pensando en cómo tener más trabajo…

MICAELA
No tiene nada de malo ser una buena profesional.

GABRIEL
¿Y yo?

MICAELA
¿Tú?

GABRIEL
Micaela, ¿cuándo fue la última vez que hicimos el amor?

MICAELA se queda callada.

GABRIEL (cont.)
Hago de todo para estar juntos, para verte, pero nunca estás en la casa. Me evades todo el tiempo… es como si lo hicieras a propósito, como si coordinaras tus horarios para no coincidir conmigo. Hace tiempo que no estamos juntos…

MICAELA
Te pedí tiempo para organizarme.

GABRIEL
Y yo te lo di, pero no es un tema de organización… Es que ni siquiera te importa nada de mí. ¿Dónde estuviste cuando me operaron de apendicitis hace seis meses?

MICAELA se queda callada.

GABRIEL (cont.)
En el cocktail con los directores de la minera. ¿Dónde estuviste cuándo me gradué de la maestría?

MICAELA
Llegué a la ceremonia.

GABRIEL
¡Llegaste cuando todo había terminado!

MICAELA se queda callada.

GABRIEL (cont.)
Reconócelo, Micaela. Tu orden de prioridades ha cambiado… y eso es lo que no quieres admitir.

Pausa.

MICAELA
Qué fácil es decir eso desde tu posición. Para ti, las cosas siempre han sido sencillas.

GABRIEL
No seas injusta, Micaela. Nada me ha caído del cielo.

MICAELA
¿Y crees que a mí sí? Toda mi vida, Gabriel, he tenido que demostrarle algo a alguien para que me tomen en serio, para no ser la niña bonita que saca buenas notas en la universidad o la chibola que quiere un trabajo serio. “Pero hijita, ¿para qué vas a ir a la universidad? Si con la pinta que tienes puedes conseguir un marido millonario” o “eres muy joven para una responsabilidad de este tipo” o “este es un mundo de hombres y no vas a saber encajar”… Toda la vida, teniendo que luchar contra todos esos prejuicios… Y cuando, por fin, ya me están tomando en serio, vienes a decirme que quieres que cambie… Dime la verdad Gabriel, ¿qué es lo que realmente te molesta? Es mi “cambio de prioridades”, según tú, o es el tener que lidiar con el hecho de que tu esposa es más exitosa que tú.

GABRIEL
¿De qué carajo estás hablando?

MICAELA
Eres como todos los hombres.

GABRIEL
Tú sabes que eso no es así.

MICAELA
No soportas que gane más que tú.

GABRIEL
¿Qué? A mí no me molesta que ganes más o menos que yo, o que no ganes nada.

MICAELA
Eso sí que te haría muy feliz, que dependiera de ti.

GABRIEL
¿Con quién crees que te has casado? ¡Ya ni siquiera me conoces!

MICAELA
No lo niegues Gabriel. Todo iba perfecto cuando eras tú el que pagaba las cuentas importantes de la casa, y ahora que yo empecé a hacerlo, te jode.

GABRIEL
No, si te pagan bien por el trabajo que haces, yo soy el primero en estar contento. Tú sabes que no soy machista para nada…

MICAELA
Pero te molesta que sea más independiente.

GABRIEL
Sabes que lo que siempre me gustó de ti fue tu independencia, esas ganas de comerte al mundo, de estar en todas a la vez, como ahora con este proyecto que te va a abrir puertas grandes…

MICAELA
Y sin embargo, no me apoyas –

GABRIEL
¡Yo siempre te he apoyado!

MICAELA
¡Pero insistes en un viaje que perjudica mi futuro!

GABRIEL se queda callado por un momento.

GABRIEL
Dime la verdad, Micaela. Tú sabías lo del equipaje de mano, ¿no?

MICAELA
¿Qué?

GABRIEL
Tú sabías que la línea aérea tiene un límite en el peso del equipaje de mano.

MICAELA se sorprende.

GABRIEL (cont.)
Toda la semana has estado con la cantaleta de que no podías viajar, de que debía reprogamar todo para que pudieras quedarte en Lima y ocuparte de este proyecto personalmente.

MICAELA
Gabriel, ¿qué estás hablando?

GABRIEL
Sólo la verdad, Micaela.
(Ríe)
¡Qué idiota! Estuve así de hacerlo, así de hacerte caso nuevamente, de ceder como siempre para no pelear y ser el maridito ejemplar −

MICAELA
Gabriel, estás desvariando −

GABRIEL
No, ahora entiendo todo Micaela. Jamás pensé que llegarías a esto para salirte con la tuya. ¡Me has cagado el viaje a propósito! ¡Soy el hombre más huevón del planeta!

MICAELA
¿De verdad crees que yo te haría eso?

GABRIEL
Te he visto hacer cosas peores.

MICAELA
¿Peores?

GABRIEL
Esa batalla campal en la que te metes cada vez que entras a una licitación, por ejemplo.

MICAELA
¡Es parte del negocio! Todas las empresas saben de qué se trata todo esto, incluso la tuya, o ¿qué crees? ¿que todos los arquitectos caminan sobre flores de colores?

GABRIEL
Claro que sé de qué se trata una licitación y todo el estrés que genera el presentar la mejor propuesta en tiempo récord, mientras otras cien empresas compiten por lo mismo que tú, pero jamás llegaría a cometer tus excesos.

MICAELA
(sorprendida)
¿Excesos?

GABRIEL
¿No te parece un exceso hacer que el pobre Francisco saliera con esa secretaria para sacarle información sobre las otras propuestas?

MICAELA
Eso fue una casualidad, Francisco y ella se conocían hace tiempo y empezaron a salir antes de que anunciaran la licitación. No fue culpa mía que ella le diera esa información, además, ¿qué querías que haga si ella le da esa información?¿crees que los otros no hubieran sacado ventaja con algo como eso?

GABRIEL
Y en tu trabajo con la minera, ¿tenías que falsear las cifras del focus group para que la empresa quedara contenta?

MICAELA
(habla bajo para que no la oigan)
Es algo de lo que no estoy orgullosa, pero lo tuve que hacer. Y si hubiera sabido que me lo sacarías en cara, ¡no te lo hubiera contado nunca!

GABRIEL
Perdóname, pero no puedo quedarme callado viendo en lo que te estás convirtiendo.

MICAELA
Ah, ¡claro! las mujeres competitivas son unas brujas malditas, cínicas y duras, mientras que para los hombres, todo les está permitido en los negocios, la competitividad es parte del trabajo.

GABRIEL
La competitividad, Micaela, es hacer las cosas de la mejor manera, no hacer lo que sea con tal de ser el primero.

MICAELA
¿Ahora me vas a dar clases de moral?

GABRIEL
Tampoco soy un santo, he hecho cosas “por trabajo” de las que tampoco estoy orgulloso. Por eso, quiero que reacciones, dime, ¿qué más estás dispuesta a hacer con tal de ganar?

MICAELA se queda callada.

GABRIEL (cont.)
¿Qué estás dispuesta a sacrificar para ser la mejor?

En ese momento llega una azafata de la línea aérea, muy sonriente ella. GABRIEL y MICAELA disimulan estar bien. MICAELA se sienta.

AZAFATA
¿Señor Gabriel Andrade?

GABRIEL
Sí, soy yo.

AZAFATA
Mucho gusto, soy Cristina Fernández. Hablé con usted por teléfono. Como le dije, lamentamos mucho el problema que tuvo para embarcar, pero he chequeado en nuestras listas y tengo dos asientos disponibles en el vuelo que sigue, sale en dos horas y media. Sólo tendría que pagar una penalidad de cien dólares por cada asiento. Lamentablemente, no tengo otros vuelos disponibles para ofrecerles y la lista de espera es larga. Tendrían que decirme ahora mismo si los quieren tomar, así nadie más los coge. Aquí, entre nos, les sugeriría hacerlo, porque si no perderían los tickets por no-show…

GABRIEL
Mmmm, gracias. ¿Podría darme un segundo para hablar con mi esposa?

AZAFATA
Sí, claro, estaré aquí en el counter.

La azafata se va al counter.

GABRIEL
¿Micaela?

MICAELA sigue callada.

GABRIEL (cont.)
Micaela, dime, ¿tú quieres lo mismo que yo? ¿Qué dices?

GABRIEL le extiende la mano, MICAELA no responde. En ese momento suena el celular de MICAELA, ella lo deja sonar varias veces.

GABRIEL
Este es mi último intento, Micaela. Tomaré ese vuelo contigo o sin ti.

MICAELA contesta el teléfono, voltea y deja a GABRIEL con la mano extendida. GABRIEL entiende que MICAELA ya se decidió y va hacia el counter a comprar su pasaje. En la silla deja el pasaporte de Micaela.

MICAELA
(contestando el teléfono)
Aló, Francisco… / Tuve un contratiempo, ¿qué pasó?…
(se alegra)
¡Eso te dijo! / ¿Me espera?…

MICAELA mira a GABRIEL comprando su pasaje.

MICAELA
(respira hondo)
¿No te parece que ya hemos hecho bastante, Francisco? Si ya no nos quiere para ese proyecto, pues él es el que pierde./ Dile que ahora tengo que hacer un viaje muy importante y que lo llamo mañana temprano…
(sonríe)
No, no estoy loca. / Vendrán cosas mejores, espero que sí. / Y ahora me voy que me esperan. / Anda, descansa / Ok, un beso.
(cuelga)

MICAELA camina hacia GABRIEL, él se sorprende.

MICAELA
(a la Azafata)
Un pasaje para mí también, por favor.

GABRIEL
¿Segura?

MICAELA
Lo besa. Ambos se abrazan.

APAGÓN


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